Se continua investigando, analizando y mostrando la obra de Picasso que existe en el Archivo y que se exhibirá en la exposición.
Hoy se muestra esta pegatina editada en el año 1979 por el Partido Comunista de España ( Marxista - Leninista ), que contiene este dibujo realizado por Picasso en 1953, del que fuera presidente de la Unión Soviética, Iosif Stalin .
Por la complejidad de realizar una objetiva crónica de este acontecimiento que tanta controversia causo en su día y que persiguió a Picasso durante toda su vida, se va a reproducir el articulo aparecido en la revista " Rusia Hoy " y que publica el blog " la espina roja ", donde queda reflejado el fundamento del dibujo.
Picasso pintó el retrato del mandatario soviético diez días después de su muerte y causo una gran polémica entre los miembros del Partido Comunista de Francia.
Retrato de Stalin
Pablo Picasso
1953
Dibujo a carboncillo
La mezcla de arte e intereses políticos rara vez dan buenos resultados.
Fue un poeta, Louis Aragon, el que puso en un compromiso a Picasso, que
se arrepentiría siempre de haber aceptado un encargo suyo. Aragon
dirigía 'Les Lettres Françaises', la revista literaria de referencia del
momento, por lo que el pintor malagueño lo tuvo muy complicado a la
hora de rechazar lo que el literato galo, miembro como Picasso del
Partido Comunista Francés, le pidió: que pintase un retrato del
mismísimo Stalin.
El 15 de marzo de 1953, tan solo diez días después de la muerte del
líder soviético los trazos picassianos aparecían en el interior de la
venerada publicación, plasmando al georgiano más terriblemente famoso.
El fallecido Stalin aparecía representado como un mozalbete bigotudo,
con los ojos saltones y nubarrosos. Según expresó el periodista
Feliciano Fidalgo en un artículo de 1983 en El País, “en el retrato de
Stalin, firmado por Picasso, podía entreverse a un chulangano con
aficiones de quinqui”.
Tres días después de la aparición de la obra en Les Lettres Françaises.
el Partido Comunista de Francia manifestó su desagrado ante la obra del
autor del Guernica: "El secretariado del PCF desaprueba categóricamente
la publicación del retrato del gran Stalin".
Para que nos cuente algo más sobre este curioso hecho, nos dirigimos a
la ciudad natal de Picasso, Málaga, donde reside su biógrafo Rafael
Inglada. Esto es lo que nos contó sobre el gafado cuadro.
“El Retrato de Stalin que Picasso realizó a raíz de la muerte del
dictador soviético (5 de marzo de 1953) fue, creo, una respuesta a las
exigencias de qué debía de ser el arte para una potencia como Rusia. Fue
el biógrafo y amigo de Picasso, Pierre Daix, quien un día después le
envió un telegrama al artista malagueño, en nombre de Louis Aragon, para
que participara con un dibujo en el número especial que se le iba a
dedicar al difunto sóviet en Les Lettres Françaises.
Picasso ejecutó el dibujo a carboncillo el día 8 en Vallauris, y el 12
apareció en la mencionada revista, que correspondía al 12-19 de marzo.
Picasso quiso hacer un dibujo de un Stalin joven (a partir de una
fotografía de 1903, que Françoise Gilot, entonces compañera de Picasso,
localizó en un viejo periódico). “Parece ser que él y Françoise Gilot se
rieron tanto al terminar el dibujo que a él le dio hipo, pues el
retrato tenía un parecido asombroso con el padre de Françoise”, escriben
Czernin y Müller. Aun así, lo enviaron, y terminó ilustrando la
cubierta con dos artículos al lado de Aragon y Joliot-Curie.
Ni las flores que Picasso había enviado a Moscú lograron aplacar el gran
revuelo entre las filas del Partido Comunista Francés y los detractores
y admiradores del artista. De hecho, el diario L´Humanité del 18
publicó en su primera página un comunicado desaprobando
"categóricamente" el dibujo: "Sin cuestionar la integridad del gran
artista --decía--, cuya adhesión a la causa de la clase trabajadora es
conocida de todos, el Secretario del Partido Comunista Francés lamenta
que el camarada Aragon, miembro del Comité Central y director de Les
Lettres françaises, que por otra parte lleva a cabo una lucha valerosa
para el desarrollo del arte realista, haya permitido su publicación".
Fue el momento en que los detractores y seguidores de Picasso se
dividieron visiblemente en dos bandos. A Picasso le pareció ridícula la
situación y atosigado, como respuesta a Paris-Macht, terminó
dibujando una cabra ante la cámara de este periódico. Una respuesta
lacónica y muy picassiana. Desde luego. Picasso hizo cuanto le dio la
gana y con ello demostraba que una cosa era la colaboración y otra el
sometimiento y la exigencia.”
Efectivamente, como comenta Inglada, tanto el Buró Político como el
Comité lo consideraron una “insultante y soez caricatura del Genial Guía
de los Pueblos”, condenando a Aragon y a la redacción del semanario,
por haberlo publicado, a la vez que se exigía la destrucción de toda la
edición de la revista (por “blasfematoria”), así como el arrepentimiento
público de los culpables.
Tal denuncia oficial tuvo que ser tomada como una orden por los
comunistas galos. A Louis Aragon no le quedó más remedio que recular y
hacer autocrítica pública. En el número siguiente de la revista puso a
Picasso a a los pies de los caballos, al publicar las cartas críticas de
diversas células del Partido.
No había comenzado la revisión de la figura de Stalin, por lo que la
mayoría de los comentarios ponían en valor positivo su figura,
criticando que se desdibujara "al padre de los pueblos”. En otras
palabras, hubiesen querido un retrato realista.
No cabe duda que el largo exilio de su España natal por su oposición al
régimen del general Franco, combinado con sus brutales experiencias
durante la ocupación nazi de París, llevaron a que Pablo Picasso viera
al comunismo como un ideal de paz, llave para un mundo libre de
fascismo.
Aquello le trajo más problemas que ventajas. Por ejemplo, hubo protestas
de grupos derechistas en alguna de sus exposiciones y EE UU le prohibió
la entrada al país. El artista comenzó a viajar por todo el mundo,
realizando conferencias públicas y realizando donaciones a diversas
causas sociales, incluyendo el regalo de un millón de francos a los
mineros franceses del carbón que se encontraban en huelga. Más tarse se
unió a protestas contra la guerra en la península coreana, a la que
dedicó su obra “Masacre en Corea” (1951), crítica con EEUU y que tampoco
agradó al PCF, que hubiese preferido, como en el caso del retrato de
Stalin “una obra más simple”.
Picasso, que recibió el Premio Lenin de la Paz entre los pueblos en
1962, tuvo una relación compleja con el Partido Comunista, pues no
aprobó la represión al levantamiento húngaro y la Primavera de Praga,
pero se mantuvo fiel a los ideales marxistas hasta su muerte en 1973.
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