Faris Audah tenía 14 años cuando se
unió a la Intifada en los territorios ocupados de Gaza para desesperación de
sus padres, cansados tanto de la ocupación como de ver niños envueltos en
sudarios blancos. Cuando su profesora advirtió al padre de Faris de que el
pequeño faltaba mucho a clase, decidieron encerrarlo en casa. Pero Faris se
escapaba por la ventana y huía saltando por los tejados para volver a empuñar
piedras contra la opresión de sus gentes y la usurpación de sus tierras.
Aquel 29 de octubre de 2000 el chico se encontraba piedra
en mano frente a un tanque israelí Merkava, una masa de acero de 50 toneladas.
Pero su miedo en ese momento, declaró después, es que le filmara alguna
televisión y su padre se enterara.
Para su desgracia no fue una televisión sino un reportero
de la Associated Press quien tomó una foto que daría la vuelta al mundo
convirtiendo a Faris en el icono de la resistencia de un Pueblo
Y esa foto fue reproducida en miles de medios de comunicación de todo tipo, incluido el formato pegatina, como estas que van Ustedes a ver.
Editada en Pontevedra en el año 2002 por una decena de organizaciones políticas y sociales gallegas.
En Burgos, en el año 2003, editada por las Juventudes Castellanas Revolucionarias.
En Madrid, en el año 2004, editada por el colectivo Balak.
Y también desde Madrid, en el año 2007 ,llegó este ejemplar en blanco y negro. En el año 2012, llevada a imprenta en ingles por la Federación Mundial de la Juventud Democrática para ser repartida por todo el mundo.
Diez días después de la famosa foto, Faris caía con el cuello destrozado por el balazo de un soldado sionista. Durante más de una hora el fuego israelí impidió que la ambulancia se acercara a socorrerle. El pequeño moriría desangrado camino del hospital.
Su entierro fue uno de los más multitudinarios que se hayan celebrado en Gaza.
Dicen que sobre su tumba nunca falta una pequeña piedra.
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